miércoles, 29 de abril de 2015

ACCIÓN(ES)


Decálogo técnico para el actor.

Primero. Comencemos por la generalidad, diccionario.
Acción: Palabra que indica que una persona, animal o cosa (material o inmaterial) está haciendo algo, está actuando (de manera voluntaria o involuntaria, de pensamiento, palabra u obra), lo que normalmente implica movimiento o cambio de estado o situación y afecta o influye en una persona, animal o cosa. 

Sigamos en la dirección de la especificidad: Sucesión de hechos o actos relacionados entre sí que constituye el argumento de una narración, obra teatral o película cinematográfica. 
Vamos al grano: En el aprendizaje, en la práctica, en los ensayos o en cualquier situación escénica, la unidad básica y constitutiva del trabajo del actor.

Segundo
La acción (física o vocal) de un actor es un movimiento que tiene una intención precisa. Esa intención precisa toma la forma de una imagen (interioridad, en todas sus dimensiones posibles), un estímulo concreto; por lo tanto una acción es siempre una re-acción. Condición de la acción: ser dual. Un actor más que accionar, reacciona; construye siempre, cadenas de re-acciones. Si no hay re-acción, —no sólo a una imagen interna pues puede también haberla a otros actores, al espacio, a los objetos, a nuevas imágenes, etc.— no hay acción, solo hay gesto vano, movimiento.

Tercero. Una acción puede observarse como energía, capacidad de realizar un trabajo, en el tiempo y en el espacio

Cuarto
. Una acción debe ser real (verdadera), no realista. Un actor crea una ficción verdadera. La verosimilitud de una acción en las artes escénicas no se define en su relación con el significado decodificado por el mundo de representaciones del espectador, sino por la precisión de su dinámica formal y por la singularidad de la imagen interna del actor que la sostiene. Existen sobrados ejemplos de acciones realistas y naturalistas, o referidas a un modelo de comportamiento cotidiano, que no son verdaderas, que no “suceden”; así como de acciones “no figurativas”, por llamarlas de alguna manera, que agitan y erizan todo nuestro aparato sensible, y, por supuesto, los casos contrarios.

Quinto. Una acción posee tres momentos distinguibles (dramaturgia de la acción): impulso, casi siempre de sentido contrario a la dirección principal de la misma, donde la energía se reúne para proyectarse en la continuidad; desarrollo, donde ese impulso inicial se expande como forma en el tiempo y en el espacio; y suspensión: una acción no finaliza porque si lo hace, muere, pierde su energía; una acción se suspende, detiene su forma externa pero su intención interna sigue proyectando la vida que alimenta su materialidad hasta que se funde con el inicio de otra acción.

Sexto. Estructura/ escritura en espejo:
Una acción funciona como una unidad homogénea, producto del hacer de un actor, que está constituida por diferentes niveles de organización que operan sobre los diferentes niveles de organización de la percepción de un espectador, provocando una o más respuestas homogéneas. 
Básicamente, estos niveles de organización se refieren al cómo, la forma, y al qué, el significado, de la acción.
Observación al respecto: Vivimos en una cultura del “significado”, y por lo tanto, podemos observar un desbalance a favor del mismo en las artes escénicas. El teatro, la danza y demás artes del escenario, están incompletas si no le conferimos a las acciones el debido equilibrio entre su nivel dinámico y su nivel narrativo. Si las acciones solo se valorizan por la operación del significado en el espectador, entonces la esencia de lo teatral esta perdida. Lo que define “lo escénico”, la pura materialidad teatral, en una acción es su valor dinámico, su presencia viva hecha de “una multiplicidad plástica de fuerzas que pulsan en la textura sensible del espectador”. 

Séptimo. Los niveles dinámico y narrativo de una acción no existen aislados para el espectador. No existen, en realidad, aislados en ninguna instancia pero el actor, en su proceso de aprendizaje, práctica o ensayo, aprende a realizar una diferenciación ficticia fundamental para la comprensión de la totalidad de su trabajo.  

Octavo. Acción/ iceberg. La acción involucra siempre a todo el sistema que la sostiene. Así, la acción física más pequeña que pueda realizarse involucra a todo el cuerpo pues esa acción mínima implica, en un nivel imperceptible, toda la tonicidad muscular del mismo.
Un esqueleto impalpable, que comienza en la gramática que los pies construyen a partir de la fuerza de gravedad, recorre al actor hacia su centro, para proyectarse desde allí hacia la periferia de su expresividad.
Una acción es arcilla en las manos (en todo su cuerpo-mente, en realidad) del actor, quien define las caras apreciables de la misma para tallar la percepción del observador.

Noveno. Geometría de una trama. Una acción se relaciona con otras en sentido horizontal y consecutivo, y simultáneamente, con otras distintas en un sentido vertical y múltiple. Una acción determinada, conforma junto con otras de su misma naturaleza, una progresión en el tiempo que define uno de los  planos (de los distintos posibles) que constituyen el accionar total de un actor. Ese plano se relaciona, a su vez, con otros planos a partir de acciones que operan de forma vertical para tejer el entramado entre los mismos.
Las acciones son consecutivas y múltiples.

Décimo. Final. Aclaraciones. Este orden no define la jerarquía de los puntos esbozados. Todo lo referido aquí vale para todas las acciones (físicas y vocales) de un actor. Donde digo actor, debe leerse actor/ actriz/ bailarín/ bailarina/ performer / artista escénico en general. Las diferencias de las operaciones de las acciones en lenguajes disimiles va a estar dada por la diferencia de grado entre los componentes mencionados, y no por la presencia o ausencia de alguno de ellos.

Diego Starosta
Buenos Aires, Abril de 2015


Foto: © Carlos Furman